domingo, 23 de octubre de 2011

NO OLVIDAMOS




10 julio 1997, los campos de Castilla brillan secos en un verano caluroso. Mi padre conduce suavemente el coche, mientras mi madre entrecierra los ojos cansada. En la radio suena una suave melodía que se corta de repente. El boletín de noticias. La locutora se muestra seria. El concejal de Ermua Miguel Ángel Blanco ha sido secuestrado por ETA, se pide el acercamiento de todos los presos vascos en un plazo de 3 dias. De no atender a esta condición, la banda le asesinará. Recuerdo ese momento como si fuera ayer, el vello se eriza y el cosquilleo comienza. Aún siento la rabia, el odio y la sed de venganza.
Un sentimiento de impotencia recorrió España de norte a sur, las movilizaciones se repitieron, los partidos políticos se unieron en contra del chantaje y la sinrazón. Muchos nos manisfestamos pidiendo clemencia y manteniéndonos fuertes y esperanzados.
50 minutos después de cumplirse el ultimátum, un tiro en la nuca, cobarde, sucio y a traición de un tal txapote se alojó en Miguel Ángel, dejándole sin vida a las 4.50 de esa madrugada tras una larga agonía en el hospital.
Con la última escenografía de la solución del conflicto se ha hecho daño y se ha faltado al respeto. Los pasos guiados por la izquierda abertzale y el entorno etarra han hecho que gobierno y oposición crean una vez más en el fin de ETA, por enésima vez. Los chicos de la kale borroka se han pacificado y se mantienen en espera por el nuevo escenario. Una vez más.
14 años después nos llega este comunicado de ETA. Con la friolera cifra de 839 víctimas a sus espaldas, en donde se encuentran niños, familias, con más de mil heridos, nos hablan de fin del conflicto, de momento histórico. El aparato propagandístico se vende al mejor postor, se tiende a la euforia, a la victoria, al olvido. Todos los partidos se felicitan por la derrota de los asesinos, y nadie ha visto un arma, una cara o un perdón.
A un mes de las elecciones todos son gestos. Todo son sonrisas y abrazos. Y las victimas siguen dignas, mudas, con su orgullo mermado, su memoria herida. Ni una palabra hacia ellos. Sólo vacias referencias y expectaciones vanas.
Todos deseamos el final, a todos nos ha tocado alguna vez más o menos la sinrazón y el odio etarra. Pero seamos fieles a aquellos que perdieron la vida por su país y sus ideas. Dejemos trabajar por la paz pero siendo justos y coherentes. Se exige un abandono de las armas y un arrepentimiento. Sin estos principios básicos nunca se convivirá en paz en el País Vasco ni en España. Perdonemos pero no olvidemos. Aquellos que un día nos quitaron a Miguel Ángel, a Isaías, Gregorio y cientos más, deben pagar por sus asesinatos, deben conocer el castigo por sus crímenes. Para que un día se pueda convivir en paz. Aquí va mi homenaje a cada una de las víctimas y a sus familias. NO OLVIDAMOS.

lunes, 29 de agosto de 2011

El hombre de la playa


Paseaba despacio saboreando cada paso. Miraba al horizonte mientras paraba por un momento, y segundos después, una vez captado el momento, emprendía su marcha solitaria a ritmo constante. Su rastro se podía seguir kilómetros a través de las huellas suaves que se marcaban en la arena y , a lo lejos, se convertía en un punto que nunca desaparecía. Parecía sacado de una película de los 60, con un color raído por el tiempo y unas líneas trazadas sin fuerza, una foto vieja que colgaba de un marco. Le recuerdo bien, como si fuera ayer, y siempre en aquella playa.
Mi familia veraneaba en aquella villa pequeña con sus casas blancas, sus persianas verdes y sus gentes humildes. Los caminos eran secos, pero el aire húmedo. Recuerdo aquella playa de arena dura y aguas claras. Metida en una bahía tranquila, las olas no eran peligrosas y barquitos anclados se balanceaban mientras esperaban ser botados. Nunca había demasiada gente pero no la recuerdo vacía en años. Parecía un paisaje de cuadro, hecho sin prisas.
La primera vez que le vi, contaría con 12 años y me sacó de las ruedas de un tractor que limpiaba la playa y que casi me arrolla. Quedé en estado de shock, y fue mi héroe. Me tranquilizó y abrazó hasta que mis padres se dieron cuenta de lo ocurrido. A partir de ese momento todos los años acudía a su cita, silencioso y paseando por la arena de la playa.
Siempre quise pararle y agradecerle su gesto, decirle que gracias a él seguía vivo y que nunca fui lo suficientemente hombre para agradecérselo como se merecía.
Los años pasaban puntuales a su cita y sus correspondientes veranos se consumían, mientras crecía y maduraba. Paso un lustro hasta que volví a mi playa y , con la mirada madura del hombrecito en el que me había convertido, busqué a aquel héroe que salvó mi vida. A lo lejos un punto, y a medida que se acercaba , se erigía un hombre bueno. Con sus pantalones azules de paño y su camiseta a rayas, caminaba despacio. Paraba un rato y atisbaba el horizonte que su memoria había aprendido. Ahí estaba un año más, sólo y entregado a sus huellas que se marcaban suaves en la arena.
¿Se acordaría de mi?¿tendría el valor suficientes este año?¿le diría que me salvó la vida? No pasó ese año, ni al siguiente, no tuve el valor.
Mis niños crecían y compartían sus juegos en la arena de aquella playa con sus primos y amigos. Mis padres envejecían con la sonrisa de sus ojos en sus nietos y yo, aún seguía buscando a mi héroe en aquella orilla.
Aquella mañana la brisa del mar era fuerte y el viento venía de lovento. Las corrientes marinas eran fuertes y los niños jugaban cerca de sus padres.
A lo lejos, un hombre salía del mar. Sus pantalones azules y su camiseta a rayas goteaban mientras entre sus brazos sostenía a un niño. Mientras el tumulto se acercaba a la orilla y socorrían al chico que a duras penas respiraba, el hombre se acercó a mí. Sus ojos de héroe viejo me miraron, y acercándose a mi oído me susurró : “gracias por haberme buscado todos estos años, siempre estuve aquí, a tu lado.”
Nunca olvidaré la primera vez que hablé con mi ángel de la guarda.

domingo, 17 de julio de 2011

ESTUDIO SOCIOLÓGICO, COSAS QUE NO AGUANTO



En el fútbol
Típico es el aficionado pelma; aquel que se coloca delante de tÍ con un puro, cigarro o, en su defecto, porro; es característico porque siempre va a acompañado de un personaje que se dedica a insultar a la madre del árbitro, al jugador o al entrenador de turno; “Gutierrez  cabrón””Árbitro malo; ponte las gafas gilopollas”. Bien, no soporto a esta gentuza.
En el metro
En este entorno es fácil toparse con individuos variopintos, con una amplia variedad de soplagaitas. El suburbano es como una ciudad en pequeño pero con olores, y la mayoría no agradables. Esta el que bloquea las escaleras mecánicas,  el que no deja salir antes de entrar, el que no usa cascos, para molestar a la mayor cantidad de gente posible. También el chiflado de turno, la vieja que necesita silla de primeras y luego salta como una liebre, el estudiante que masca chicle sonoramente, el tio que no se ha duchado en un año y la jodida hora punta que no hay quién se mueva sin ser tocado.
En el autobús
Quién ha cogido un autobús y el conductor ha esperado amablemente a que se sentar. Ningún conductor conduce suave y no, ningún conductor respeta al  100% las paradas. ¿para qué? Maravilloso el bus también para disfrutar del tráfico.
Redes sociales
Por qué nos empeñamos en engañar a la gente. Por favor si eres feo, no pongas una foto de perfil así joder. Pon un personaje Disney, un paisaje vale, pero no engañes macho. No pongas una foto de un día que la cámara se alió con la suerte y el flash y saliste menos gordo, menos feo . No. Tampoco me vale lo de la relación sentimental complicada, si estás con alguien ponlo o no lo pongas pero no líes a la gente golfo. Ponte busco tema y punto. Ah, tampoco me vale las fotos sonriendo, siempre positivas, los estados de alegría extrema, no. Eso es putear a la gente que te sigue. No puedes vivir de vacaciones permanentes y no puedes hacérselo creer al resto. Si de repente descubres twitter y te molas mucho, deja respirar a los demás. No me sobrecargues la bandeja mandando mensajes al famoso de turno que ni de coña lo va a leer. Ese sí que estará de vacaciones tocándose los cojones. Apaga más el ordenador y haz ejercicio, muévete.
En la universidad
Siempre me ha producido animadversión aquel grupo de estudiantes que se lamentan al final de un examen de su pobre actuación y luego sacan, literalmente, siete puntos más que tú. Es jugar sucio, es minar la moral. Sin embargo, aquel alumno sincero, honesto consigo y con los que le rodean que suelta aquello de “Al hoyo”, y luego el tio cumple, joder, pues olé por él, lo dijo, lo hizo. Están aquellos que no dejan sus apuntes para no tener competidor, existe el traficante de apuntes que surte a la plebe, ese grupo de edades variables que pasa su vida universitaria en la cafetería, de resaca o haciendo deporte (los más afortunados). Hay algunos que frecuentan la biblioteca y engañan, tú piensas el primer año que son unos buenos estudiantes, motivados y trabajadores. Al siguiente año sigues valorando su pose de concentración, su seriedad, pero al quinto año te das cuenta que han perdido el tiempo, su jodido tiempo. Han estado ahí sí, pero para nada. O fichando pivas o sintiéndose menos culpables haciendo el vago en una biblioteca que en las escaleras de la universidad. Y qué bonito es encuadrar a cada uno en un grupo, el de las guays, el de las empollonas, el de los pivones, el de los guarros, el de las guarras, el de los frikis, el gay, el raro, el enchufao, etc.
El supermercado
Cada vez que entro a un supermercado me fijo en las cajeras. Es en lo primero que mi interés se posa. Me da una imagen primaria, nítida si hay suerte , de que me voy a encontrar luego. Si son educadas y no chillan entre ellas, se lleva mucho mejor. Si no hay cola es un plus añadido y si ya el uniforme no es cutre lloro de alegría. Me gusta que los productos no estén en las cajas originales, esto me saca de quicio. ¿Puedes ,señor reponedor, sacar los productos de las cajas?. Podemos hacer que el cliente piense que está en un supermercado. Que hayas cestas o carros limpios se agradece mucho y que los pasillos estén presentables es fundamental. Llegar a la caja más rápida es el reto máximo, el clímax de una buena compra, adivinar que cajera es más rápida, que cliente será más efectivo es clave para el final de una buena compra. Tener una tarjeta de la cadena de supermercados te hace sentir un VIP, un tio importante, pásame la tarjeta bonita.
Conductores
Este amplio grupo de personajes  es un mundo complicado, ramificado y a menudo, inexplorado. La conducción puede llegar a sacar lo peor de gente que pueden ser una maravilla de almas, pero que con un volante en las manos se convierten en asesinos, macarras y delincuentes. He visto gente cagarse en mi familia entera por un gesto, he visto golpes en frente de mis narices por jodidos inútiles. He comprobado como abuelos que deberían estar tranquilamente en casa se ponen a jugar con coches. He llegado a ver mujeres maquillándose con las manos y conduciendo con los codos. He visto, siiii he visto taxistas cruzándose tres carriles en hora punta para reducir a 20 km/h inmediatamente después, para hacerse ver. Yo acaba con el tráfico en dos días.
En política
Acabo mi estudio sociológico por hoy con el grupo más de moda en los últimos meses. No aguanto a la mayoría, pero admiro el doble a los válidos por este hecho. Un político tiene que ser un gestor, un servidor de la ciudadanía, no debe robar, no debe mentir y no debe relajarse, ¿Es tan difícil? parece que sí. A estos políticos nada les ayuda los medios de comunicación partidistas y chupaculos como nadie, éstos, manipulan a las masas, a aquellos borregos pintados de rojo y azul con tinta seca.

miércoles, 15 de junio de 2011

COLABORACIONES

POR Azorín

España está enferma. Es una de las realidades más fuertes de los últimos años. Y no es por la crisis económica ni por el paro, aunque también se pueden aunar estas desgracias a la ruina intelectual, productiva y social. Se trata de perder nuestra identidad, nuestra lucha contra lo injusto y nuestro poder de entendimiento, amistad, sociabilidad y orgullo, del que hacemos gala los españoles siempre que podemos y más cuando estamos lejos de nuestras fronteras.

Tras las elecciones autonómicas y municipales se puso de manifiesto otra vez esta herida de España. El miedo vuelve a reinar en los corazones españoles, más particularmente en los vascos y navarros. Ahora ETA vuelve a estar en las instituciones dejando de forma indefensa a gente que ha dado mucho por España o que se siente español.

Y salgo a la palestra con el tema ahora, después de la resaca electoral del PP en los pasados comicios del 22 de mayo, debido a que en estas fechas se está dando lugar el traspaso de poderes en muchos ayuntamientos. Sin ir más lejos, escribir sobre esto surgió a raíz del traspaso de poderes de un pueblo vizcaíno llamado Elorrio, una localidad de unos 7500 habitantes, donde, tras los comicios del 22-M el único concejal electo del PP logró desbancar a las listas de Batasuna-Bildu del ayuntamiento, quienes contaban con el apoyo del PNV. Como una imagen vale más que mil palabras (y mas si tiene sonido y movimiento) os acerco un link para que con vuestros propios ojos podáis contemplar qué recibimiento tuvo este hombre: http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=fexP45N9XOM

Antes de engañarnos con frases vaporosas y soberbias acerca de la democracia, un ejemplo muy claro con respecto a la realidad vasca lo dejó patente el antiguo líder del PNV Xabier Arzalluz que tras ser preguntado por ETA una de tantas veces, soltó la resabida frase de “Unos mueven el árbol y otros recogen las nueces”, en clara referencia a que el PNV se beneficia de las atrocidades de ETA. No sé dónde entra la democracia en semejante aberración.

Tras la “legalización” de Bildu, se ha vuelto a poner de manifiesto la realidad de que España es un país enfermo. Hace unos días en un corrillo de gente hablando con una bilbaína, muy inteligente ella y consciente de la realidad global que nos rodea en el contexto de Europa, dijo tener confianza en los jueces. Y yo me pregunto, ¿qué jueces? ¿los del constitucional o los del supremo? ¿Garzón o Marlaska? A esta pobre amiga se le echaron encima todos por expresar esta idea. Creo que demasiada ingenuidad, demasiado miedo hay instaurado en España. Y todo gracias a un sistema judicial muy pobre, que deja al desvalido, al asesinado/a y al viudo/a desamparado frente al resto de la sociedad. Parece que muchas personas han preferido dejar el lado crítico a otros. O eso o que tienen miedo. Preocupante en nuestra sociedad tanto una cosa como la otra.

A este pobre concejal una mujer le instó que se “fuera a su pueblo” a lo que él le contestó en euskera “ya estoy en él”. No sé si es la contestación oportuna. Lo que sí sé es que este hombre no tuvo miedo de sus convicciones y quiso expresar su idea. Y lo más democrático de todo es que la expresó sin violencia.

La realidad es clara y su cura es difícil. Esta es la realidad de España y éste es sólo un ejemplo de entre muchos, es una situación extrapolable a cualquier desgracia que hay en el país (paro, crisis económica, vaga y mediocre clase política…). La situación se cronifica, gracias a la reinstauración del miedo y a nuestro sistema judicial. España no ha cambiado, España sigue enferma.

martes, 14 de junio de 2011

15m y algunas reflexiones


España ha vivido unos días tensos, históricos dicen algunos. Bien, puede ser cierto que haya sido introducido un nuevo concepto de revolución ciudadana gracias a la mayor arma de marketing jamás vista, las redes sociales. Miles y miles de jóvenes, adultos e incluso población anciana movilizados a través de mensajes retwitteados, reenviados y requetepegados y cortados.
Viene de un poco más lejos, aquellas movilizaciones sociales en países cuya situación social dista leguas de la española, Egipto, Libia, Túnez, Turquía…Países que salen del letargo implantado por aquellos dictadores o políticos apoltrados en sus sillones de oro, amparados ,la mayoría,  por religiones sin avance y doble lectura. Aquello ha impulsado corrientes de pensamiento que se han expandido como la pólvora por las redes de todo el mundo y que cada uno ha interpretado a su gusto. Unos para atacar a Gadafi en  Libia, véase USA, OTAN (entre ellos España)con un presupuesto de risa y una estrategia de Risk. Otros para erigirse como en la voz del pueblo y alimentar sus ideologías faltas de coherencia contemporánea.
No ha sido esta una revolución espontánea como la pintan algunos. Más bien una excusa perfecta para encajar piezas, que sin un argumento, no hubieran encajado. Un hartazgo de la política, o una mala distribución de la riqueza es el pan de cada día de cualquier ciudadano en cualquier país del mundo. Pero la cercanía de unas elecciones y un hábil sistema de comunicación han hecho el resto. La gente ha salido a la calle sin orden y sin planilla. Había un cierto sentimiento compartido y unas ganas de cambiar la situación en el ambiente, en aquellos jóvenes, jubilados, personas en paro, etc, que pasaron las primeras noches al raso, pensando que esta vez era la verdadera. Con el paso de los días la verdad se ha ido apoderando de la masa, como una nube densa; el pueblo ha sido manipulado una vez más aprovechándose de una situación desesperada, que es la que viven los más de 5 millones de parados y los españoles en general.
Mi alma estuvo en Sol un tiempo, que fue el segundo en el que la realidad aún no había hecho su aparición disfrazada de manipuladores con altavoz y masas de borregos. Estuvo un rato con aquellos que fueron con un par de huevos a manifestarse en contra del sistema que falla y enriquece a los mismos. Pasé una o dos noches en aquel Sol desbordado que con el paso de los días se ha convertido en basura y cementerio de ilusiones rotas.
Hubiera chillado, gritado y pataleado como el que más, pero no me engañaron. No a cinco días de las elecciones y gente culpable de esa situación. Aquí las notas han sido mal repartidas y las brujas mal quemadas. No he visto ningún reproche a un gobierno que ha hecho trizas el modelo de estado, acelerando su muerte y asqueando al populacho. No he visto una queja a la política económica socialista  ni la suave oposición sin ideas de Mariano Rajoy. No he visto una mísera dimisión en ninguno de los ministros que no estaban ni preparados ni con ganas de trabajar por España. Un cero a aquellos que nos han metido en esto y un diez de nuevo a los millones de españoles, que salieron a la calle o se quedaron en casa, pero que no quedan inmunes ante tanta falsedad, ignorancia e incompetencia.
España saldrá de esta, como siempre ha hecho.

miércoles, 1 de junio de 2011

un español es un español

Un español es un español. Y digo esto porque ya puede uno estar perdido en la selva amazónica, a 40 grados, intentando sobrevivir al ataque de una cobra venenosa, sin un alma alrededor más que fauna y flora, y de repente se oye un jaleo, unos arbustos removiéndose, incluso unos gritos…”¡¿oyeeeeee manolo?!Saca el mapa coño ya, qué nos hemos perdido.” No falla, país que vaya tratando de pasar desapercibido, imitando un poco la pose de europeo avanzado, me encuentro en una esquina a un grupito variopinto, alegre, gritando y parados. Unos con el mapa, otros con la gorra, pero todos con mochila, todos preguntándose : “¿para dónde tiramosssssss?” , “que en la guía no sale cojones”.
Un buen español ejerce su nacionalidad en el trabajo que sea a la hora que sea, quién no ha sido contestado en una ventanilla con un : “espera un poquito que Dolores está en  la hora del café”, tú te quedas como “¿café? Venga no me jodas si son las 9.05 y entró hace cinco minutos”, bien, da lo mismo, intento fallido; ahí se forma la cola.
Otro ejemplo, mitad de la calle más transitada de cualquier ciudad española, toma zanja, toma obra. En una obra fuera de España, te encontrarías a los obreros trabajando, con su uniforme y su capacidad. En nuestra tierra no te encuentras a nadie en la obra. Sólo un viejete puede llegar a verles si espera lo suficiente. Tras cuatro horas aparecerá un par de tios con casco, uno sin camiseta, el otro con el pitillo: “¿ qué cuanto crees que tardará esto?””pues mira, entre que traen la catenaria de Alemania, me ponen el tornillo suizo y esperamos los permisos…14 meses””cago en diez”.
Nuestros paisanos son pasionales en todos los ámbitos de su vida; si alguien se pone en huelga, unos la apoyarán y otros se opondrán hasta la médula pero a ninguno le dejará indiferente. Nos dejaremos el cuello por defender nuestras ideas y nos posicionaremos ideológicamente para un lado u otro. Eso sí , tras un rato, todo el mundo al bar a ver a la selección y tomarse una caña, con sus tapitas por Dios.
A un tipo nacido en la tierra le preguntan qué opinión le merece España y te dice de todo menos bonito, que si el paro, que si la vivienda por las nubes, que si la corrupción política, etc. Pero pasa unos meses fuera de España y te habla del sol, de la comida y de la gente. Un español es un insatisfecho por naturaleza, un quejica profesional y un cachondo de la vida. Nos podemos tomar unos días comida rápida, unas hamburguesas, tres chinos y dos kebabs pero a la semana estamos pidiendo a gritos un poquito de aceite de oliva y una buena comida de mamá.
Lo que a un español le separa de otro es la política pero no hay cosa que más una que el deporte. Si Alonso corre, Nada la pega o la selección juega una final, no va a haber ni un alma en toda la calle, ni Dios.
Un español no te critica por la espalda, te lo dice a la cara y si no te entiendes te arreglas a leches. Luego tan amigos y de copas a arreglarlo. Qué más da, si el bar lo cerrarán cuando amanezca.
Dónde estás las chicas más simpáticas y guapas del mundo, pues sí, pues españolas. Dónde se come mejor, pues claro. Dónde se vive más feliz, pues ya se sabe. Con lo malo y con lo mejor a mi España no la cambio yo por na del mundo. ¡No te digo!

sábado, 21 de mayo de 2011

CHECK IN...NEWCASTLE

Newcastle y Londres son como el culo y la cabeza en un cuerpo humano. Tan necesarios como distintos a la vez, no puedes vivir sin tu cabeza, sin un cerebro y una memoria, pero… y quién puede vivir sin un culo. Cuando algún dolor surge, certero y punzante de esa zona noble de la anatomía, quién puede resistirse. Imprescindibles ambos, pero distintos en todo.
Newcastle Upon Tyne, ciudad situada al noreste de Inglaterra, cerca de la frontera con Escocia y situada a las orillas del rio Tyne (algún avezado lector con conocimiento de idiomas se ha podido percartar leyendo el nombre de la urbe…) , es la sexta ciudad más habitada del país anglosajón y sus orígenes se remontan al muro de Adriano, muralla construida en la época romana, siglo II d.c. que recorre el suelo inglés y que honra al afamado emperador. Una vez sabido el por qué del Tyne, bueno es conocer la razón del Newcastle. Siguiendo una lógica aplastante descubrimos que un Nuevo castillo levantado en las ruinas del muro de Adriano da lugar al nombre completo.
La fama gris e industrial de la que goza la ciudad además de falsa, es atribuible a la actividad principal de Newcastle hasta los años 70,  cuando la industria del carbón acaparaba la actividad económica. Años más tarde, una nueva corriente “verde” que se extendía por Europa, contagió a la ciudad que se decidió a limpiar el río y a terminar con la producción indeseable de gases y contaminantes.
El resultado es un bonito canal en el que se extienden más o menos siete gloriosos y diferentes puentes, cuyo clímax se explica en el puente del milenio,  cuyo diseño futurista engrandece a la ciudad.
Si como afirmaba antes, Londres es la capital financiera y política del país, el norte es un laberinto sin salida. Una población joven y deprimida, se encuentra sin trabajo y con una gran adicción a las drogas, donde destaca el alcohol y la heroína.
Es esta una ciudad universitaria con una afamada vida nocturna, conocidas sus despedidas de soltero/a (hen/stag party) y sus más de decenas de clubs lo garantizan. La cerveza es la bebida favorita de todo inglés de buena familia, y las pintas comienzan desde las seis hasta bien entrada la noche. Lo que en España empezaría a las diez y acabaría con los pájaros cantando, en Inglaterra empieza nada más salir de trabajar y acaba a las dos con gente muy perjudicada y peleas varias.
Estos hijos de la Gran Bretaña son realmente trabajadores, la mano de obra del país es claramente inglesa, mientras que los inmigrantes son aceptados mientras sean cualificados en su mayoría o, con al menos, un permiso de trabajo.
La natalidad es alta, y la edad media de las madres primerizas es muy baja. Los medios anticonceptivos no son usados con frecuencia y fábricas como Durex o Control aquí no tienen nada que hacer. Píldoras del día después e ignorancia abundan y van de la mano.
De las primeras cosas que te das cuenta nada más llegar a Newcastle es que estás jodido con el idioma. El inglés que has estado estudiando toda tu vida, los intercambios, las academias, los exámenes se van a la mierda en la primera frase que algún paisano te dedica, el “ geordie” se convertirá a partir de ahora en tu idioma y hacerte el oído al dialecto será tu reto en los próximos meses. Ejemplo; un geordie lee my summer así (mi sume). Un inglés estudiado de Londrés te dice esto (mai samer). Cómo veis , algo tan sencillo se convierte en un infierno.
La temperatura no ayuda a adaptarte, te mina la moral y te invita a volverte al solete español. Sólo el verano es suave. El otoño desaparece y el invierno comienza con una nevada y acaba dos meses más tarde, cuando el manto blanco de la calle se larga. Las nubes juegan a calarte, nevarte o desparecer en una misma tarde y tú al quinto  paragüas roto, sólo quieres empezar a ahorrar dinero y olvidarte de comprar cosas inútiles.
Es fácil llevarse bien con un inglés pero es otro rollo llegar a ser su amigo. Son sonrientes y extremademente falsos en el trato. Mítica es la sonrisa de cara y la puñalada espaldera que no te esperas. No son gente racista, o al menos por un rato. Si no eres su ambiente les cuesta crear un vínculo. Esto se acentúa en el mundo femenino. El gossiping no sólo se ve en la prensa, amarilla fosforita, sino que también en todo grupo de mujeres en el que al menos haya dos.
Conocidos son sus coches y carreteras diferentes, sistema de trenes, moneda, sistema de medida y peso y las conocidas millas. Ellos son diferentes y se sienten orgullosos y únicos.
Se nota un cierto agotamiento de la política e impotencia generalizada. Todos son iguales y votar a uno u otro no nos da una vida mejor. La familia real es claramente prescindible y su situación de potencia mundial les da un aire de superioridad en el mundo que muestran sin sonrojo con un humor soberbio y sinceramente, sin gracia.
No son excesivamente religiosos, siendo el anglicanismo la religión de cabecera. Las tasas de divorcios perfilan una larga sombra en la pirámide social. Y sus vacaciones se resumen en una juventud llena de alcohol en España, Grecia y Turquía, y una vejez en los mismos lugares, eso sí sin tanto alcohol.
Este artículo que aquí termina, es una generalización del mundo inglés que para nada borra las magníficas excepciones que, con el paso del tiempo, he podido conocer y disfrutar. Mi recomendación es siempre visitar y conocer un sitio antes de hablar de él. Como decía Arturo Graf; la sabiduría y la razón hablan, la ignorancia y el error ladran.

martes, 26 de abril de 2011

El secreto

Mi nieto ha venido a darme su último adiós. Su madre le ha dicho, “dale al abu un besito muy grande Nico, corre dáselo”. El pobre diablillo no sabe que no volverá a ver a su abuelo, pero no le envidio. No quiero su juventud, no quiero una vida por delante, he tenido suficiente. Hay gente en la habitación que no sé quién diablos son. Obviamente, entiendo lo de la enfermera, tampoco me incomoda el chaval recién salido del MIR que intenta alargarme la vida. Además ,como viene cada dos horas se lleva más ameno. Pero no llego a comprender quiénes son esos tres hombres con cara de pergamino que miran nerviosos.
Algún hijo mío no ha llegado a despedirse, mas no les culpo. Les he querido con pasión y ellos me han devuelto un gracias orgulloso y lleno de grados y honores. Han recibido una educación adecuada y nunca les ha faltado comida o ropa.
 Mi mujer no está. No la he buscado. Ella me está esperando con una sonrisa en la sala de al lado, en la que sólo entran los valientes. Espero que el alzheimer que se le llevó le permita recibirme con un abrazo y un beso. Fuimos felices. Y no, nunca se lo conté. Estoy haciendo mi maleta al más allá y es mi última llamada, la maleta va vacía, bueno, hay un secreto…
“Nunca pensé que el que iba a ser el mejor verano de mi vida fuera tan caluroso. Recuerdo que los termómetros ardían y las ropas escaseaban proporcionalmente. Unos chavales llenos de hormonas como éramos, llegábamos aquella isla poblada de diosas adolescentes  que paseaban bikinis y minifaldas al ritmo de ray-ban y chanclas. Los estudios nos habían dado una tregua pactada. Iros, disfrutar un mes si podéis, porque a la vuelta os machacaremos sin piedad en septiembre. Ese era el trato, e íbamos a cumplirlo.
No era la primera vez que salíamos de casa por unos días, pero sí era el estreno de una semana con playa y apartamento en toda regla. Recuerdo nítidamente la imagen de los cinco: recuerdo a Miguel, pelo rizado y moreno, ojos azules y fibroso. En el grupo era conocido como el borrachín de la panda. Había también un rubio, bajito, su nombre era Iván y su vida, una juerga constante. Siempre comentábamos que podía animar un funeral con un karaoke, y que además (esto era lo mejor de todo) los familiares no se molestarían, darían palmas y reirían. No menos importante era Paco, seguramente el que menos luces tenía, pero el más fuerte y noble. Podías haberle contado que habías robado un Picasso y pedirle discreción, lo iba a creer y no delatarte. Para completar el grupo, Lucas, el sevillano, gracioso y alegre como tal. Yo hacía el número cinco.
Las dos primeras noches pasaron a formar parte de mi memoria como unas lagunas llenas de alcohol, chicas y discotecas. Aunque suene a tópico, fue así. Las horas que no pasaban muertas tirados en la playa, eran consumidas de noche con exceso de djs y flyers. Recorrimos kilómetros de pista de baile e ingerimos litros de alcohol. Cerveza, rón, vodka, se mezclaron con Paula, Alejandra, Noelia, Marina, etc.
El tercer día fue un 7 de agosto y cambió el rumbo de nuestra vida. Cada minuto de ese día quedó estancado en nuestras retinas. Al salir del apartamento y girar la llave, ninguno de los cinco pensó que sería la última. Al llegar a la playa, a pocos metros del apartamento y dejar la toalla sobre la arena, ninguno supo que no volveríamos a una playa nunca más. Si lo hubiéramos sabido, hubiéramos disfrutado de cada brisa, habríamos oído el mar y hubiéramos rezado.
Recuerdo a Iván dando un salto y despertarnos a todos de nuestra resaca, “que de coña, ¿habéis visto en ese muelle esos ferrys?” “¿esos no son los de paseo y bebida gratis?”. Seguramente la bebida gratis nos accionó, o quizás los gritos juveniles provenientes del muelle, pero allá fuimos raudos como el viento. La tarifa eran 15 euros por persona y el tipo de la puerta no tenía un incisivo. Detalles prescindibles sin duda.
Una vez Paco nos ayudó a embarcar por aquella pasarela, el barco comenzó a alejarse del muelle. Mientras nos dirigíamos a echar un vistazo al ambiente nos dimos cuenta que éramos los únicos pasajeros. “ Me cago en tu padre quillo” acertó decir el sevillano, “ ¿¿dónde estáis nenas??” La realidad se hacía patente, en el tour de dos horas por la costa no íbamos a ver un par de piernas bonitas.
“A ver señores, la barra libre está abierta” exclamó una voz por megafonía. “ Sírvanse”.  En un segundo nos plantamos en la barra del pequeño ferry que estaba completamente vacía. Al comprobar que nadie iba a servirnos, cada uno se sirvió una copa, bueno o dos, fueron cinco cada uno y alguno repitió. El barco se alejaba de la costa. Mucho.
Un ruido seco y certero paró nuestros chascarrillos y mofas. Mientras subíamos las escalerillas hacia el timón ninguno presagió un final feliz. Una pistola aún humeante y un cuerpo flotando en el mar nos hizo chocar contra una realidad brutal; el capitán había abandonado el barco y no de la mejor manera posible. Imposible comunicarse desde el puesto de mando, pues el capitán había cortado todo modo de comunicación.
Pasaron días y semanas a la deriva y no veíamos atisbo de vida. Las reservas de comida se habían agotado y sólo el alcohol racionado nos daba algunos minutos de evasión. Iván no sólo había perdido su carácter alegre, creíamos que había perdido también el norte. A menudo mencionaba que, el capitán suicidado, venía en sueños a decirle que sólo encontraríamos la salvación si uno del grupo moría. No le tomamos en serio hasta que un día bajo las escalerillas con la pistola del capitán, su paso era tambaleante y su mirada perdida. El alcohol ingerido era evidente. Apuntó a cada uno de nosotros con el cañón bien alto y el gatillo en su índice. Creí que era nuestro fin y me equivoqué. Su muerte supuso un alivio para todos pero algo quedó manchado ese día.
Después dos días más a la deriva, el sueño de Iván se hizo realidad, un barco pesquero nos encontró a 200 millas de la costa. No fue difícil explicar que el capitán murió de causas naturales y que lo echamos a la mar. Resulto creíble que  Iván había luchado hasta el final contra una infección a la que no pudo derrotar, sumado a la falta de antibióticos y  nula alimentación.
No volvimos a saber unos de los otros. Nuestro secreto quedó guardado bajo llave con un pacto no hablado y sellado con nuestra vida. Fue una historia de supervivencia que dos muertes sin sentido empañaron. Una historia que dormirá para siempre conmigo…”
Esos  tres hombres con cara de pergamino abandonaron aliviados la habitación tras mi muerte. Paco, Miguel y Lucas recogieron su abrigo, se santigüaron y se llevaron su secreto lejos de aquel hospital.

lunes, 18 de abril de 2011

CHECK IN NEW YORK

La ciudad no duerme, sale de fiesta con traje largo y tacones a lo Sexo en Nueva York. Al terminar la noche, sin apenas quitarse el maquillaje, coge el coche y se lanza a las calles invadidas por turistas, taxis y buses turísticos. Con la tarde entrando por la bahía de Manhattan, la City se prepara para la llegada de una nueva noche sin un local cerrado o una calle solitaria, sí… ¡Bienvenido a New York City!
No es el JFK airport un aeródromo cualquiera. Sus masificadas terminales le dan un aspecto de macrocomplejo hotelero. Su historia de terrorismo reciente le da un halo de santuario de homenaje a todos ellos que perdieron la vida por la sinrazón. Un acento yankee con deje americano recibe a los primerizos en USA, y un escrutinio exagerado acompaña tu paso por la aduana. Una pregunta inocente como es ¿A qué ha venido usted a los Estados Unidos? puede hacer sudar hasta al más pintado, y un mini-interrogatorio hábil y nada improvisado, te hace pedir clemencia  y el pasaporte de vuelta.
Nueva York tiene el aspecto de ciudad embudo por el que te deslizas sin freno, una sensación de tráfico fluido según te acercas y grandes carreteras, pero que a medida que el centro se aproxima con sus impresionantes rascacielos, te hace sentir inmensamente pequeño y agobiado, con un acusado incremento de la circulación.
Hablar sobre los neoyorquinos es abarcar un amplio grupo de gente, razas y religiones. Abundan los indios, judíos, afroamericanos y árabes, rubios, morenos y , por supuesto, asiáticos. Una aldea universal y cosmopolita que es abierta y simpática en rasgos generales. Es un clima de buen rollo que aporta la cuidad desde el primer minuto. Ayuda conocer los nombres de cada ciudadano gracias a la inseparable taza de Starbucks que les acompaña a cualquier momento del día.
Sus hoteles son céntricos y bien equipados para el turismo, su transporte es  viejo pero bien repartido. Su metro, un caso aparte. Complicado y no bien cuidado, abarca la ciudad entera , y no es difícil, en un descuido, abandonar la isla de Manhattan hacia Brooklyn a través de su famoso  puente. Sus bien conocidos taxis conducen a la carrera como si les fuera la vida en ello, una mano en el volante, la otra bien cerca de la bocina.
La ciudad del shopping y el amor por la moda, hace de la quinta avenida su pasarela predilecta. Las grandes marcas tienen sus sedes inmensas y bien protegidas por gorilas de discoteca. Un clima elitista que quiere ser selecto, se respira en cada esquina bien definida del mapa de la City. Su perfecta geografía de avenidas y calles hacen sus paseos agradables y sin pérdida. La única pega, que es causa de más de un guión Hollywoodiense, es los encontronazos que se dan en cada esquina, entre los que esperan pacientes ( o no tanto), al semáforo y los que se aventuran entre ellos buscando la otra acera.
Su gastronomía es mundial, italianos, chinos, árabes, mexicanos, mezclas y sus famosos puestos de perritos que inundan cada esquina a precio rentable. Quizás por eso,  el olor a comida es perenne.
La ciudad se da un respiro con su colosal pulmón en pleno Nueva York, el Central Park ofrece esa desconexión que parece imposible. Es éste un parque respetado y bien cuidado que no sólo ofrece paseos, bicicletas y hasta un zoo, sino que ha sido meca del cine y escenario de grandes momentos . La imagen saludable que desprende este parque, choca frontalmente con las humeantes alcantarillas por toda la urbe. No es una leyenda, es completamente cierto, ¿qué se cuece bajo Nueva York?
Son de obligada visita la Estatua de la Libertad, Times Square, Broadway,  el edificio Chrysler y  su Empire State, edificio más alto y buque insignia después del 11-S, que no hizo más que agrandar una ciudad orgullosa y abierta que ha salido adelante con clase y esfuerzo. No es la zona cero un sitio de recreo o merecedor de una foto, pero sí sobrecoge sentirlo y merece una reflexión y un respeto.
De obligada visita Nueva York, ciudad que te envuelve en su magia con su sonrisa y un hasta pronto.


jueves, 31 de marzo de 2011

ELLAS

Su pelo cae suavemente sobre sus hombros, se ondula en las puntas y crece vigoroso en la raíz. Puede que su sonrisa sea perfecta y sólo yo me dé cuenta, pero vendería mi alma al diablo si no es la más bonita del mundo.  Sus ojos son bálsamo de roble castaño y su mirada rompe mi sentido y lo deja anestesiado. Su cuerpo no anda, desfila sobre una pasarela que sólo las diosas aventuran. Sus manos son delicadas y suaves pero su tacto es aquel que no conoce rechazo alguno. Su personalidad se aúna con su cuerpo y lo hace venerable, cual sinergia natural…Si la vida son extremos que se unen y puntos que se separan, tomaría regla y cartabón y haría de la geometría un poema de amor…ella es ella, pero me gustaría transformarme en espejo de un homenaje que se merecen todas.
Ellas nos dan la vida y, si quisieran, la quitarían con un gesto y una mirada. Ellas son la alegría de vivir y la fuerza que , a veces no alcanzamos por nosotros mismos. Ellas son nuestras amas y nosotros sus esclavos complacidos, envenenados y ciegos, privados de nuestro sino, que no es otro que complacerlas y mimarlas. Ellas son únicas y nosotros afortunados.
Son nuestras madres, nuestras abuelas, nuestras hermanas, nuestras hijas y nuestras parejas, de apariencia frágil pero llenas de acero inoxidable.
 Malditos aquellos que no saben valorarlas, que olvidan que son tesoros de una isla que debemos proteger y cuidar, malditos aquellos que osan pegar o maltratar psicológicamente a una de estas diosas porque  son ignorantes y no saben amar.
Porque ellas se merecen todo, porque reflexionemos por un momento lo importante que son cada una de ellas en nuestras vidas, porque nunca más una mujer muera a manos de su pareja, porque nunca más una mujer sufra, porque lo son todo.

viernes, 18 de marzo de 2011

ELLOS


Él la llevaba de la mano, ella se dejaba. Paseando, alejándose como dos gotas en un cristal ,se perdían de vista,  yo sonreía. Caminando por enésima vez juntos, parecía que fuera la primera vez. Sus recuerdos eran en blanco y negro pero su presente les sobrepasaba a ritmo de bit, gigas y megas.
Sus vidas que ahora se apagaban , habían brillado en tiempos difíciles de penas y hambre.
 Ellos habían peleado con uñas y dientes hasta la última peseta, habían vivido una transición, una dictadura y una guerra  que nunca debió tener lugar.
Ellos, eran héroes de un tiempo en el que el miedo estaba prohibido y España se mordía su cola.
Ellos, dieron todo porque sus hijos fueran educados, unas enseñanzas que ningún maestro les había regalado pero tan necesarias como merecidas.
Ellos, nos recogían del colegio, nos cocinaban, nos maleducaban, nos instruían, nos adoraban. Nos cogían de sus manos llenas de arrugas y nos guiaban por la senda que nuestros padres a veces saturaban.
Ellos sabían cómo podíamos dormir mejor, con que nos curaríamos antes. Usaban su experiencia de vida para que no cayéramos en error. Jugaban y reían como un niño y sufrían con nuestros lamentos como tal.
Dos de ellos se fueron en mi adolescencia, pero otros dos siguen caminando por ese guión que sólo los grandes escriben. Ella es vital, dinámica, inteligente, hermosa y él es un cerebro que lleva el cáncer consigo. Aquella cuida de él detalladamente, y éste le idolatra y venera. Son testimonio de un amor de más de 50 años y su ejemplo está marcado en mis entrañas.
Nunca nos olvidemos de ellos, nunca dejemos que sea tarde para decirles un os quiero, un gracias o  un beso.
 Porque aunque ya se hayan ido o aún estén con nosotros no debemos olvidar que son nuestros ángeles de la guarda y que lo merecen todo.
Estas líneas son mi pequeño homenaje a vosotros abuelos,  os quiero.

miércoles, 2 de marzo de 2011

CHECK IN...RIO DE JANEIRO



Deja tu mente en blanco. Ahora imagina una selva montañosa, coloca grandes árboles tropicales por todos los lados. Encaja un lago de agua dulce en el centro. Traza dos playas épicas con un mar azul. Sube el sol unos metros por encima del pico más alto y tiñe el cielo de naranja y azul turquesa. Termina poniendo una civilización encima de todo ello, con sus edificios, sus taxis, sus buses y su gente. Bienvenido a Rio de Janeiro.
Puede ser debido a que vivo en Inglaterra y actualmente es invierno, puede ser que en el avión viviera un estado de microclima en esas 12 horas de vuelo desde Londres Heathrow, pero  os puedo asegurar que el golpe de calor, humedad y olor a mar que tuvo la primera brisa que percibí al salir del avión, fue increíble. Era noche cerrada y el termómetro marcaba 30 grados. Mientras mis ropas iban sobrando y aguantaba una cola lenta y tortuosa hasta el control de pasaportes, mis células se adaptaban al verano tropical. Creo que fue en ese momento cuando comenzó la deshidratación que no me abandonó en toda mi estancia. No vale beber agua a ratos, o evitar el calor, vas a sufrir y mejor hacerte a la idea cuanto antes.
Una vez sellado el pasaporte , comenzó el regateo, me explicó ; moverse en Rio supone una aventura, un examen a tu paciencia, a tu capacidad de análisis y si se me permite, a tu picardía.  Después de recoger tu maleta de la cinta, lo primero que vas a encontrarte es gente ofreciéndote taxis para llegar a la ciudad. Llegas a escuchar precios desorbitados, los reales (moneda de Brasil , 1 euro =2, 3 reales) suenan como reals en portugués. No te dejes engañar, no pagues más de 50 reales desde el aeropuerto hasta tu hotel, y un consejo, no hagas caso a  los primeros hombres que te asaltan para contratar sus coches…no bajarán de 100 reales.
De las primeras impresiones que las gentes de Brasil te pueden dejar es que sólo van a hablarte en portugués, no saben ni español, ni inglés, ah y ni te molestes en intentar otro lenguaje, no se van a molestar en intentar entenderte.
De obligada visita en Rio es el Pan de Azúcar y el Cristo Redentor, como un paisaje caprichoso creado desde la misma punta del lápiz de Dios, y digo Dios porque Brasil es el segundo país más católico del mundo y eso se respira en todos los lados. En cada esquina encuentras una iglesia, y su Cristo en la punta del Corcovado (jorobado) da a Rio una aura mística que se quiebra a pie de calle, allá cerca de las favelas con policía militar vigilando algunas de las ruas más peligrosas de Brasil, donde los carteles de droga más importantes de Sudamérica tienen su imperio.
Sus playas más famosas, Copacabana e Ipanema, son más populosas que maravillosas. Los domingos son los días en el que un es difícil encontrar un grano de arena libre de toalla, pero si le quitas la gente y su fama, no es una playa diferente a cualquiera de la costa de cual país sea.
Tema aparte es la comida, sus influencias indígenas, africanas y portuguesas hacen  su menú variado y rico, sus frijoles con arroz, sus carnes o la pasta hecha con gusto de clara influencia italiana. Merece mención la calidad del café (no intentar comparar un café aguado inglés con un fuerte y aromático de Brasil).
A la hora de hablar de los cariocas (naturales de Rio de Janeiro), son gente poco abierta, con una mirada triste y pícara a la vez, que muestra un pueblo que ha pasado penurias y al que le queda mucho por aprender sobre turismo y el trato al foráneo.
Para que una ciudad reciba unos juegos ( Rio será la sede en 2016) necesita una red de transportes adecuada y una oferta hotelera suficiente y de calidad, y desafortunadamente Rio no tiene ni uno ni lo otro. Para coger el autobús es necesario saltar , y literalmente , en marcha. Las paradas no se respetan y los límites de velocidad se desconocen. Los autocares son viejos y un señor, al lado del conductor, se sienta sobre unos tornos para cobrar a los pasajeros,(esos tornos no dejan pasar a gente con sobrepeso, aquellos no son aceptados en el bus). Los taxis cobran sin patrón alguno y el metro es sucio y no llega a demasiados lugares.
Pero debo añadir que Rio tiene las mejores vistas que recuerdo en mi vida. Muy aconsejable es ver la bahía de Guanabra, dejando atrás el barrio de Botafogo, viendo como los aviones aterrizan en el aeropuerto de Santos Dumont en medio de la playa. Increíble el viaje en el teleférico del  Pan de Azúcar, que te lleva al morro de  Urca, desde el cual fotografiar las playas de Ipanema y Copacabana es lujo imprescindible.
Visitar el jardín botánico es saltar del bullicio de la ciudad a un espacio bien cuidado y tranquilo. Sus diferentes ambientes; tropical, europeo, japonés, te da el toque adecuado para desconectar.
De paseo obligado es el gran lago de agua dulce que  sirve de pista de entrenamiento para el equipo de piragüismo del Flamengo, y que a la vez es  conocido como Lagoa Rodrigo de Freitas.(poco accesible sin paso de peatones ni semáforo alrededor de los 7.5 kilómetros de diámetro).
Vivir el carnaval es algo que llevan en la sangre y dejan sentir a través de su ritmo, su gusto por esa música que te hace dejarte llevar. Sus  mujeres no visten tantas curvas perfectas como se piensa, pero de vez en cuando un paréntesis te hace dudar. Algo de mítico hay en todo eso, rumores quizás,  cuando en realidad ni el top-less está permitido en las playas (como alguno creía).
Si se me pregunta alguna vez…¿ me aconsejas ir a Rio? Responderé desde luego, sin dudarlo, vivirlo es  muy recomendable, su paisaje, su modo de vida, su velocidad pausada, su humedad, en definitiva su estilo de vida, pero desde un punto de vista crítico añadiría que tiene mucho margen de mejora con respecto al turismo, que se debe ser consciente de los contras, en cuanto a falta de seguridad, diarreas y clima pero que, en definitiva las experiencias son  el guión de nuestras vidas y que Rio en sí, bien merece un capítulo.



lunes, 31 de enero de 2011

un día en Madrid


“gorrión ¿no?, joder o es una paloma normal, bueno bueno, espera, coño,¿ una gaviota??”, luis se tambaleaba de un  lado a otro de la calle, su cabeza  alta y su cuerpo desacompasado se balanceaban sin orden ni lógica. “eh, eh, un momento, pero en Madrid…¿¿ cómo va a ser una gaviota??jajajaja, vaya mierda llevo niño” . su paso era rápido pero su objetivo no era claro. Unos cuantos peatones se apartaban a su paso, y algunos miraban apenados. Un hombre borracho caminaba sin rumbo por Madrid. Era casi mediodía y su vida estaba rota.
El sol cubría tres tercios de la calle Alcalá, desde su puerta hasta la Cibeles. La Gran Vía lucía gloriosa desde abajo y se gustaba al cumplir sus 100 años. El edifico Metropolis, con su ángel  sublime en lo alto, contemplaba su calle, dividiendo Alcalá en dos. Un día de sol y temperatura suave había amanecido mientras Luis aún seguía en la noche anterior, su último recuerdo quedaba quieto a las 2,45 am en aquella puerta del Retiro.
Mientras esperaba en el semáforo  que , junto a la Casa de América, controlaba el tráfico del paseo de la Castellana, su cabeza daba vueltas. Una vez hubo vomitado junto a un perro que le miraba sereno,  emprendió la aventura de cruzar la calle. Al llegar a la mediana del paseo un recuerdo claro y directo de la noche anterior  apareció súbitamente, unas lágrimas, un anillo y un beso.
El sol continuaba su juego del escondite y la cuenta atrás había comenzado. El cielo de Madrid, cuyos colores se fundían sobre la terraza del casino, se tornaba rojo mientras unos japoneses, tan quietos , fotografiaban a diestro y siniestro. Luis recuperaba su equilibrio poco a poco y se sorprendía del bullicio que se apoderaba de la Puerta del Sol.
Como un flash de alguna cámara réflex, la imagen de Laura, se quedó parada. ¿ Le había pedido matrimonio? ¿Se atrevió al final? Una punzada en la sien le hizo cortar la respiración. Una migraña parecía un invitado no deseado para sus pensamientos.
aquel hombre descuidado y sucio se le acercó a pedirle dinero, en sus bolsillos encontró un objeto redondo, su respuesta mecánica fue un “no tengo nada amigo”, pero su tacto le demostró lo contrario. Una vez el hombre se hubo marchado, sacó una cajita ovalada y de piel. Con sumo cuidado la abrió. Un anillo de pedida de oro y diamantes .
“aquí, en este kilometro cero, en este centro de Madrid, en el punto donde todas las carreteras nacen, donde todos los años nace un nuevo año, aquí donde una vez nacimos, quiero pedirte que te cases conmigo, que seas la mujer de mi vida , mi origen, mi km.0 y mi final, mi todo”. Laura quedó quieta, sonrió y finalmente asintió. Mientras los dos lloraban, la noche les cubrió, serían marido y mujer.
Todo empezaba a cuadrar, su mente empezaba a coordinar datos, fechas, lugares. El efecto de la borrachera se disipaba y sus ojos comenzaban a humedecerse. Una angustia le recorría el cuerpo mientras andaba los primeros pasos de la calle Arenal. Pero, ¿dónde estaba Laura? ¿por qué aún tenía el anillo?. Mientras sus pasos se aceleraban, una multitud a lo lejos le llamó la atención. Unas luces azules daban a entender un trágico suceso. A la altura de la parroquia de San Ginés, una mujer yacía tendida, su pelo era rubio y largo y la sangre, formando un charco opaco, a su lado. “ha sido un atraco”, “ ella se ha resistido”. Mientras un presentimiento negro le inundaba el cuerpo, comenzó a temblar, su abrigo, sus botas…todo
 parecía encajar. Se acordaba que habían bebido celebrando su próximo enlace, se habían besado y reído. Un comentario a destiempo de Luis había hecho daño a Laura, que se marchó del bar llorando. Él, orgulloso y borracho la había dejado marchar.
Ahora, ella estaba allí,inmóvil junto a una ambulancia y un coche de policía y él corrió. La plaza de Oriente le sorprendió llorando y mojado por la lluvia. Subió corriendo las escaleras de aquel hostal con una decisión ya tomada. La locura que se había apoderado de él no le dejó pensar en cerrar la puerta con cuidado o incluso cerrarla. Se tumbó en la cama y cogiendo el arma cerró los ojos, uno, dos, tres…despertó sudando. Laura dormía respirando suavemente. Lloró.
En ese momento pensó que los sueños no sólo valen para desear lo que no tenemos, también para apreciar lo que ya poseemos.

jueves, 27 de enero de 2011

el día que cambió el rumbo

Iker casillas, Carles puyol, Gerard Piqué, Joan Capedvila, Sergio Ramos, Xavi Hernández, Andrés Iniesta, Sergi Busquets, Xabi Alonso, Pedro Rodríquez, David Villa…Iker Casillas, Carles Puyol... ¿Quién no puede cerrar los ojos y repetir una y otra vez esos once nombres?
La historia del mundial de Sudáfrica acaba y empieza un 11 de julio en  Johannesburgo,  se queda estancada en el minuto 115 de la prórroga de aquella noche calurosa. Ese segundo, eterno, bello, quieto, en el que Andrés Iniesta, mira portería, el esférico cae del bote, y queda muerto en el pie del fútbol hecho hombre.  Millones de españoles quedan en el aire, el tiempo se para, todos los ojos siguen la pelota que entra rascada al lado del holandés. Algunos miramos al linier, mientras otros , sin dejar de cerrar la boca, siguen pregúntadose si  ha entrado…de pronto zás, el tiempo vuelve a correr, los segundos vuelven a ser segundos, las bocas se preparan para el grito. Es en ese momento, en el que el manchego corre hacia el córner, cuando la improvisación, el placer de ser campeón del mundo se apodera del hombre y estalla la emoción. Tengas quien tengas al lado, te abrazas, lloras, ríes. Son, somos campeones del mundo y es algo que sólo se puede saber cuando ocurre.
Para muchos españoles, que como yo, vivimos fuera de nuestro país, aquel momento fue duro y a la vez especial. En ese momento echas de menos a familia y a amigos, echas de menos el calor de tu hogar y de tu gente. Algunos llamamos emocionados a nuestros padres, otros a hermanos y amigos. pero , tras el pitido final de aquel Howard Webb que nadie olvidará, muchos de nosotros acabamos llorando de la emoción junto a españoles que no conocíamos tanto, también algún foráneo se unía a la fiesta y aquel también fue un sabor especial.
Ver a tu país unido, vibrando sobre una misma visión, comprobar que esos once heróes españoles han hecho un buen trabajo en nombre de su país, que han dejado a España en el lugar más alto del podio, es sencillamente maravilloso y grande. Es algo irrepetible que nunca se debe olvidar, es un gracias todos los días.
 Y porque mucha gente que sufría fue feliz,  porque mucha gente enferma sonrió, porque por un momento España se quitó de complejos y volvió a ser grande y porque subió al lugar que se merece. Nunca  bajes de ahí.

lunes, 24 de enero de 2011

el relato de la semana

Era una mañana oscura, quizás la imagen de mi perro lamiéndome el rostro al despertar, era motivo suficiente para bajar el tono luminoso a ese día gris y sieso. Tampoco ayudó ese primer chorro de agua fría sobre la espalda ,que esa maldita alcachofa me escupió, “ya llegará tu hora”, pensé con el gesto contraído por el shock .
 hubiera sido un día cualquiera más si no hubiera cambiado mi vida. Qué de extraño puede ser que al calentarme la leche, el microondas hubiera echado chispas, pasando a mejor vida?por qué no pillarme el dedo con la puerta de la nevera?le puede pasar a cualquiera, pensé mientras me reía sarcásticamente.
Decidí, a partir de ese momento, poner mi atención al máximo en cada movimiento que realizará. Al fin y al cabo, salía a la calle, donde el menor despiste podía ser predeterminante para un accidente. Cerré la puerta del portal con sumo cuidado, asegurándome que el dedo dañado estuviera separado del pomo  y bajé las escaleras mirando de un lado a otro como sospechando que la sra muerte, tan zalamera y vanidosa, me fuera a visitar sin miramientos.
No es habitual que mi cabeza funcionara a todo rendimiento como ese día, era un reloj suizo que se movía ritimicamente y cuyos ejes coincidían a la perfección. Me creía estar en un estado de alarma total, podía oler mi propia adrenalina, e incluso temblaba ostensiblemente. Los accidentes caseros que había sufrido en casa no eran fruto de no estar atento, ese día creía que todo la atención se concentraba en mi cerebro y que todo sería por algo.
Mientras estos pensamientos me entretenían el paso, me adentré en la boca de metro.  no era aquella diferente a cualquier entrada  de subterráneo de cualquier lado del mundo. Unas escaleras que se dirigen a las entrañas del suelo, unos tornos, unas taquillas y gente.
Mientras esperaba en el andén la llegada del vagón, unos chiquillos llamaron mi atención. El chico mayor vestía una cazadora verde y un gorrito. Debía de tener unos cinco años y su pelo rubio y largo le llegaba casi al hombro. Mientras miraba de reojo a su madre, llamaba al otro chico con voz autoritaria y simulando una voz grave que de momento no poseía. El otro chiquillo, de unos tres años de edad, y el cual, supuse que era su hermano, asumía su papel de sumisión con empeño y alegría. Mientras trataba de averiguar cual era el juego que los hermanos  desarrollaban en frente mio, una voz femenina me hizo volver a la realidad despertando mis  sentidos y activando mi cerebro de nuevo, “señor me dice cuánto queda para el próximo tren a la costa?”una chica de unos 20 años con el rostro de porcelana  y un pelo moreno largo sonreía sincera y abiertamente. Tenía unas gafas de sol grandes que le cubrían la cara en su mayor parte y a su lado, un perro negro y grande . “eh ..si..eh 8 min si”contesté… “deberían decirlo por megafonía verdad?de momento troki  no sabe hablar”rio la chica. No era su gran estatura, ni sus grandes gafas lo que me llamó la atención de la chica, tampoco su ceguera o su gran perro troki, eran sus dientes blancos y perfectos los que centraron mi interés. A partir de ese momento ,imaginé que  mi alma tenía un dueño y que mi cuerda podía ser incluso más corta que la de troki, que sería un perfecto lazarillo para ella.
La voz que despedía el altavoz de megafonía, tan clara y monótona a la vez , me devolvió bruscamente a la realidad. “el próximo tren con destino a la costa llegará en 4 minutos al andén 2”. Un chico joven recién salido de la adolescencia , fruncía el ceño con cara de preocupación. Parecía intranquilo y sus manos se movían del bolsillo a la boca frenéticamente. Su piel era morena azabache y sus ojos  claros. No pude más que dejar volar mi imaginación intentando buscar un motivo a su inquietud. Lo primero que se me vino a la cabeza fue que llegaba tarde a una cita con alguna chica. De ahí, se explicarían esas miradas furtivas al móvil, o sus constantes consultas a su reloj. Podía ser una cita con un chica, o podía ser una cita con una chico, pensé. Por qué no? En el siguiente minuto me paré a pensar en averiguar cual podía ser su oreintación sexual pero, al inicio de la tarea, mis dudas quedaron disipadas, la mirada de arriba abajo  que  dirigió a la ama de troki y de mi alma, fue más que suficiente.
Cuando aún las luces del primer vagón del metro eran difusas, unos pasos torpes se escucharon en el andén, una anciana arrugada y de ojos asiáticos aceleraba su paso mientras, ayudada por un bastón, se enfilaba  hacia la vía. Varios de nosotros, excluyendo al chico nervioso, giramos la cabeza hacia la anciana y como un resorte hicimos amago de ayudarla para evitar una desgracia, pero súbitamente la anciana paró en seco y quedó en línea con la vía evitando la caída y posterior atropello.
El metro apareció estruendoso en el andén con su gran porte y su conductor serio y aburrido en el primer vagón, como todos los metros, pensé yo.Ese vagón 3, se paró delante de mí, recuerdo ese momento como si fuera ayer, ese instante cambió mi vida, y con ella la vida del chico nervioso, la de la dueña de mi alma, la de la anciana asiática y la de aquellos niños con su madre.
Mientras asía por el brazo a la dueña de troki, y me aseguraba que el perro dirigía sus pasos al interior del vagón, un presentimiento me inundó la cabeza, una niebla espesa me cubrió el cerebro como una sombra. El vagón contaba con tres puertas grandes y sincronizadas que se abrieron con gran estruendo. Recuerdo que mi primer pensamiento  al echar un vistazo al interior, fue que no había nadie en todo el vagón. No era aquella una línea de metro tranquila, al contrario, unía el centro de la ciudad con la costa, y sus trenes se llenaban de gente con distintas edades y ocupaciones. Tampoco era una hora muy temprana o muy tardía. Las 13.45 que me marcaba mi reloj de pulsera suponían un trasiego de gentes finalizando sus primeros turnos, o incluso aprovechando su hora de comer para pasar por casa. Desconozco que fue lo primero que pensaron mis compañeros de vagón al entrar, pero sé que cada uno de ellos reaccionó condicionado por la ausencia de cualquier tipo de vida en el interior. Nadie se levantó para ceder el asiento a la anciana asiática, ningún joven bien educado condujo el carrito de la madre de los dos niños y nadie hizo el amago de ayudar a troki en su tarea, el vagón estaba completamente muerto.
Mientras las puertas se cerraban y el sonido de la bocina anunciaba un suave acelerón,  decidí que me sentaría en frente de la dueña de troki por si necesitara algo, y por que no, comenzar una conversación sobre la vida, el tiempo, el trabajo o el amor. Los asientos eran espaciosos y sus tapices eran sencillos y tricolores, distingía un gris, un azul y un negro. Las barras que recorrían los techos eran pintadas de amarillo, mientras que las ventanas eran grandes y transparentes. Mientras echaba un ojo a mis compañeros de viaje, calculé que habría unos 20 asientos y que unas 60 personas cabrían de pie. En el frente del vagón una cabina cerrada y oscura parecía indicar que todos los vagones podían convertirse en cabecera lo que me hizo perderme en divagaciones sobre usos y ventajas de vagones así.
Mientras contemplaba a la dueña de troki, intentando encontrar el tema apropiado para iniciar una conversación, el chico joven me hizo girar la cabeza subítamente. “maldito cabrón” masculló golpeando el cristal “ el tipo no ha parado en la parada, será cachondo”.
La anciana preguntó “oiga joven, que parada se ha saltado?por dónde vamos hijo?”. Un vistazo rápido afuera me hizo reconocer aquel puente sobre el rio que indicaba una clara realidad, el metro se había saltado una parada, y eso, no era del todo normal.
Un movimiento instintivo me hizo girar la cabeza hacia el vagón delantero, no había nadie en aquel  vagón. Mientras el presentimiento que hace apenas unos minutos había sufrido volvía a mi cabeza multiplicado por 3, comprobé como el vagón seguía de largo al pasar la segunda parada.
Un escalofrió recorrió mi espalda. Corriendo me planté en 5 pasos en el cristal más retirado del vagón y comprobé con desesperación que en el coche trasero no había un alma, esto era una situación nada deseada.
Los niños, que hasta entonces habían permanecido callados, rompieron a llorar, y la madre , susurrándoles al oído, les apaciguó un poco. Pero qué está pasando?exclamó, por qué no para? Mientras el chico maldecía al maquinista, a la compañía telefónica, que parecía haber cortado su cobertura, y a todo el servicio de metro, me acerqué corriendo a  la palanca de freno de emergencia y la accioné frenéticamente una y otra vez, no había resultado, todo parecía ponerse en contra y la penumbra que cubría mi cabeza me hacia arder .
“Vamos a ver!” Chillé con voz serena,” ¡por favor!tranquilos, tenemos una situación extraña vale? Son tres paradas, el conductor, maqunista o como se llame no para, el freno de emergencia no responde y joder, no hay nadie en ningún vagón”  “jefe, tampoco va el móvil”añadió el chico.  “dios mio, y que hacemos?”preguntó la dueña de troki”. No sé en que momento asumí el mando, no sabía incluso ni que diablos estaba pasando, ni que podía solucionar, pero transmití una calma que no conocía hasta ese momento en mí, sólo quería parar esa máquina y hacerlo ya.
Mientras mi pie golpeaba la puerta de la cabina del vagón pensaba que no sabía como se podía parar un tren, cuando la quinta y la sexta parada quedaban atrás, me sentaba en esa cabina oscura. El chico se sentó al lado de la dueña de troki para contarle con detalle que estaba viendo, la anciana era consolada por la madre y los pequeños hacían de troki más que un perro guía un perro canguro.
Estuve casi media hora intentando detener ese tren, accioné palancas, cambié velocidades y pisé pedales, al final pasaron horas y horas con el tren en marcha y ninguna parada parecía ser la final, lo que al principio fueron horas, se convirtieron en días y días en meses. Nos dimos cuenta que nos conocíamos ya mejor que nadie, y que eramos una familia, nos dimos cuenta que la eternidad sería el ahora y que la muerte no era un destino , era un viaje.