miércoles, 1 de junio de 2011

un español es un español

Un español es un español. Y digo esto porque ya puede uno estar perdido en la selva amazónica, a 40 grados, intentando sobrevivir al ataque de una cobra venenosa, sin un alma alrededor más que fauna y flora, y de repente se oye un jaleo, unos arbustos removiéndose, incluso unos gritos…”¡¿oyeeeeee manolo?!Saca el mapa coño ya, qué nos hemos perdido.” No falla, país que vaya tratando de pasar desapercibido, imitando un poco la pose de europeo avanzado, me encuentro en una esquina a un grupito variopinto, alegre, gritando y parados. Unos con el mapa, otros con la gorra, pero todos con mochila, todos preguntándose : “¿para dónde tiramosssssss?” , “que en la guía no sale cojones”.
Un buen español ejerce su nacionalidad en el trabajo que sea a la hora que sea, quién no ha sido contestado en una ventanilla con un : “espera un poquito que Dolores está en  la hora del café”, tú te quedas como “¿café? Venga no me jodas si son las 9.05 y entró hace cinco minutos”, bien, da lo mismo, intento fallido; ahí se forma la cola.
Otro ejemplo, mitad de la calle más transitada de cualquier ciudad española, toma zanja, toma obra. En una obra fuera de España, te encontrarías a los obreros trabajando, con su uniforme y su capacidad. En nuestra tierra no te encuentras a nadie en la obra. Sólo un viejete puede llegar a verles si espera lo suficiente. Tras cuatro horas aparecerá un par de tios con casco, uno sin camiseta, el otro con el pitillo: “¿ qué cuanto crees que tardará esto?””pues mira, entre que traen la catenaria de Alemania, me ponen el tornillo suizo y esperamos los permisos…14 meses””cago en diez”.
Nuestros paisanos son pasionales en todos los ámbitos de su vida; si alguien se pone en huelga, unos la apoyarán y otros se opondrán hasta la médula pero a ninguno le dejará indiferente. Nos dejaremos el cuello por defender nuestras ideas y nos posicionaremos ideológicamente para un lado u otro. Eso sí , tras un rato, todo el mundo al bar a ver a la selección y tomarse una caña, con sus tapitas por Dios.
A un tipo nacido en la tierra le preguntan qué opinión le merece España y te dice de todo menos bonito, que si el paro, que si la vivienda por las nubes, que si la corrupción política, etc. Pero pasa unos meses fuera de España y te habla del sol, de la comida y de la gente. Un español es un insatisfecho por naturaleza, un quejica profesional y un cachondo de la vida. Nos podemos tomar unos días comida rápida, unas hamburguesas, tres chinos y dos kebabs pero a la semana estamos pidiendo a gritos un poquito de aceite de oliva y una buena comida de mamá.
Lo que a un español le separa de otro es la política pero no hay cosa que más una que el deporte. Si Alonso corre, Nada la pega o la selección juega una final, no va a haber ni un alma en toda la calle, ni Dios.
Un español no te critica por la espalda, te lo dice a la cara y si no te entiendes te arreglas a leches. Luego tan amigos y de copas a arreglarlo. Qué más da, si el bar lo cerrarán cuando amanezca.
Dónde estás las chicas más simpáticas y guapas del mundo, pues sí, pues españolas. Dónde se come mejor, pues claro. Dónde se vive más feliz, pues ya se sabe. Con lo malo y con lo mejor a mi España no la cambio yo por na del mundo. ¡No te digo!

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